¿Quién soy?

Soy Anna Martínez Popova, bilingüe Ruso-Español, intérprete – mediadora, traductora y promotora de proyectos en Federación Rusa y CEI.

En enero del 2011 creé la plataforma lingüística en apoyo a los proyectos empresariales en Rusia y en los países de la antigua URSS “COESNE. Comunicación Estratégica y Negociaciones”.

Trabajo con varias empresas de Navarra, País Vasco y La Rioja como intérprete y traductora, asesoro a mis clientes en diversos aspectos culturales y sociales en Rusia y en los países de antigua URSS, en temas de aduanas y logística. Imparto clases de RUSO con un método propio innovador. Ofrezco los cursos: “Ruso comercial práctico” para las empresas y “Ruso práctico del turista” para interesados en viajar. También doy clases de español para extranjeros.

Mi historia

Mi historia empezó en Moscú en la familia hispanorusa. Mi padre era el “niño de la guerra” donostiarra, a quién con 11 años evacuaron a Rusia hasta que se acabe la guerra civil. Pero, finalmente, por las circunstancias de la vida Rusia se convirtió en su hogar. Mi madre era rusa y una mujer extraordinaria, hablaba muy bien español.

Terminé el colegio bilingüe ruso-español en Moscú y me licencié en la facultad de Historia y Sociología de la Universidad Estatal de Pedagogía de Lenin en Moscú. Durante la carrera viajé con los amigos por la parte europea de Rusia, Repúblicas Bálticas y Cáucaso estudiando las culturas, costumbres y ocupaciones de la gente, quiénes nos recibían en sus casas.

En Moscú fui la profesora de Historia y trabajé como investigadora en la Cruz Roja de Rusia, ayudábamos buscar los familiares perdidos en la Segunda Guerra Mundial en colaboración con el Archivo de la Cruz Roja Internacional en Alemania y con las delegaciones en los países de habla español.

Desde 1992 resido en Pamplona. Trabajé a tiempo parcial como intérprete, realizaba el seguimiento de los clientes y proveedores en Rusia y Ucrania.

Desde 1996 hasta 2008 trabajé en una empresa importante de transporte internacional en Pamplona, donde llegué a crear un departamento de tráfico con Rusia y dos delegaciones de la empresa: en Letonia y en Lituania, llevé clientes de grandes cuentas.